Aumenta la represión de la sociedad civil en Cuba

Las protestas masivas iniciadas el 17 de marzo en Cuba, no solo son las mayores registradas en la isla desde el 11 de julio de 2021, sino también muestran que la presión alcanzó un nivel tan elevado que es cada vez más difícil controlar.

La población pidió a gritos, en varios lugares de Cuba, comida y electricidad y coreó la consigna opositora “Patria y Libertad”, pese al incremento de los mecanismos represivos, que denuncian organizaciones independientes.

Solidaridad Cristiana Mundial (Christian Solidarity Worldwide), denunció, solo pocas horas antes de las manifestaciones, el endurecimiento de la represión de la sociedad civil independiente, incluyendo los grupos religiosos, mediante lo que considero como la creación de “una nueva versión represiva».

Un informe de la organización bitánica, supervisora de la libertad de creencias, dice que documentó 622 violaciones vinculadas a creencias religiosas en 2023, más del doble que en 2021, incluyendo despido del trabajo a personas vinculadas con grupos religiosos, considerados contrarrevolucionarios.

También niños cristianos protestantes y testigos de Jehová son sometidos a insultos, abuso psicológico y físico, en las escuelas primarias, por su negativa a participar en actividades que contradecían su fé, como juramentos de lealtad al Che Guevara o al comunismo.

Solidaridad Cristiana Mundial, dice que los líderes religiosos son presionados para que prohíban el acceso, a sus lugares de culto, a los familiares de presos políticos, y acosan y amenazan a quienes siguen dándoles apoyo espiritual.

Ni pastores ni sacerdotes

Además, a los presos políticos se les impide conservar biblias o literatura religiosa y recibir visitas de pastores y sacerdotes, lo que viola las Reglas Nelson Mandela, que son las normas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos.

Coincidentemente, la organización independiente Cubalex informó que entre 2022 y 2024, hubo más de 350 episodios de violencia contra familiares de presos políticos, particularmente madres, padres y esposas.

En un debate organizado por Cubalex, con organizaciones de la sociedad civil, se expusieron patrones de represión, como el hostigamiento, persecución, y el acoso a los familiares de presos políticos.

La valoración general es que la situación de derechos humanos en Cuba es crítica, va más allá de los activistas políticos, y empeora la situación de hambruna de gran parte de la población.

Las denuncias incluyen la actuación de los jueces bajo la instrucción del Partido Comunista, evidenciando la ausencia de división de poderes, y el intento de instaurar la represión como parte de la vida cotidiana.